Mexicanos hay un engaño que no solo afecta su economía, tiene un alto impacto en uno de los bienes que más debemos cuidar, el Medio Ambiente.
Según Oceana, en un reciente estudio muestra que en México es común la práctica de sustitución de pescados; cómo el marlín fue sustituido por tiburón zorro y en otra ocasión sedoso.
Practica que suele ocurrir en: restaurantes, pescaderías y supermercados. Se llevó a cabo en 133 establecimientos, en la Ciudad de México, Cancún (Quintana Roo) y Mazatlán (Sinaloa).
El estudio se baso en la recolección de muestras, se comparó el nombre comercial de cada pescado a la venta con el nombre científico (partir de la información genética).
Mexicanos, esto es realmente lo que comemos
En promedio, de un 31% de sustitución de especies (en total fueron identificados 116 casos de sustitución).
En al menos una de cada tres consumiciones, el consumidor pidió un tipo de pescado, y en realidad pusieron una especie distinta en su plato. Con diferencias de precios, en algunos casos, de más de 200 pesos.
Donde se presentó el nivel más alto de sustitución fue en las pescaderías, con un 36.5%; en segundo lugar los restaurantes, con 33.5%, y en tercer sitio los supermercados, con 16.5%.
En cuanto a especies, en las tres ciudades las cinco más sustituidas fueron marlín, con un nivel de sustitución del 95%; sierra (89%); mero (87%), huachinango (54%) y robalo (53%).
Al analizar cada una de las ciudades, la Ciudad de México tuvo un nivel general de 34% de sustitución. Cancún, 26.5% y para finalizar Mazatlán, Sinaloa, fue de 31.6.
Los autores de la investigación aceptan que las 383 muestras obtenidas (123 muestras en Mazatlán, 153 en la Ciudad de México y 107 en Cancún) y sus respectivos resultados , no alcanzan a ser representativas de todo lo que se conoce como sistema de “pesquería” mexicano.
“Encontramos en un mismo supermercado atún vendido como atún a 399 pesos, y como salmón a 599 pesos. Los dos eran atún. Y ese atún (al que hacían pasar por salmón) estaba pintado de rosa”, relató un especialista de Oceana.
“En el supermercado es difícil que haya una confusión. No es que el mesero se haya confundido. Ahí hay una etiqueta que te está vendiendo un atún 200 pesos más caro que lo que cuesta en otro mismo empaque. Pareciera que ahí hay un dolo detrás. Difícilmente imagino al supermercado etiquetando así. Debe ser quien le vende al supermercado”, agregó.